La ONU pidió una moratoria en el uso y venta de equipos y herramientas tecnológicas utilizadas para la vigilancia, la opresión y el espionaje mediante teléfonos móviles, al menos hasta que existan reglas que regulen su uso y garanticen el respeto a los derechos humanos.
“Aunque se dijo que servirían para combatir el terrorismo y el crimen estos programas de espionaje han sido utilizados en varias ocasiones con propósitos ilegítimos, como reprimir voces críticas o puntos de vista disidentes, o contra aquellos que las expresan, como periodistas, opositores políticos o activistas”, señaló la organización en un informe publicado hoy.
La investigación, realizada por expertos de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, explica la forma en que software de vigilancia -como “Pegasus”, uno de los más conocidos- puede convertir la mayoría de teléfonos móviles inteligentes “en dispositivos de vigilancia 24 horas al día”.
Pegasus es una tecnología desarrollada por una compañía israelí y entre abril y mayo pasados estuvo en el centro de denuncias de espionaje contra periodistas, políticos de países como México y España.
Esta herramienta da acceso al pirata informático no sólo a todo el contenido del teléfono, sino al entorno en que se encuentra y a las conversaciones, explicó una portavoz del organismo, Liz Throssell.
Recordó que, legalmente, las autoridades solo pueden permitir la intrusión electrónica de un dispositivo personal como último recurso para prevenir o investigar una amenaza concreta que pueda resultar en un acto criminal grave o contra la seguridad nacional.
Por otra parte, el informe alerta del aumento de la vigilancia en espacios públicos, a partir de la cual se produce una recolección automatizada de datos y su análisis.
Como conclusión, la ONU pide que los Estados limiten sus medidas de vigilancia pública a lugares y durante periodos específicos, y que el almacenamiento de los datos que se consiguen tenga un plazo limitado.
Asimismo, les insta a que restrinjan el uso de los sistemas de reconocimiento biométrico en los lugares públicos, que tiene su utilización más extendida en China.