Cd. Victoria, Tam.- Gobernar sin congreso, enemistado con el congreso, contra el congreso. Es significativo el parecido entre el gobernador neoleonés SAMUEL GARCÍA SEPÚLVEDA y su odiado antecesor, el independiente JAIME RODRÍGUEZ CALDERÓN, apodado “El Bronco”.
Voluntaristas ambos, carentes de propuestas serias, plagadas sus voces de obviedades y pleonasmos, fincados en la fuerza de lo estentóreo, atenidos al poder que les proporciona el altavoz oficial, comparten ahora también el fracaso. La sensación de fiasco.
Se diría que esto nos pasa por entender la política como una mera extensión del showbiz. En ambas hay aplausos, reflectores, producción escenográfica y articulación mediática. Aunque (PEROGRULLO, dixit) son dos reinos, dos mundos, dos universos enteramente distintos.
A veces se confunde el oficio político con ciertas virtudes escénicas, el aspaviento oportuno, la sonrisa fácil, el guiño a la primera fila, la señal de la victoria, cierto afán por el cotorreo interminable en busca del aplauso cómodo.
Pero el verdadero oficio político es aquel que navega con eficacia y perseverancia sobre el filo de la dificultad, la diferencia de criterios, la divergencia opositora, la lógica adversarial y el necesario consenso entre quienes viven, piensan y sienten de manera diferente.
ALMAS SIN RUMBO
Es por ello que el modelo de SAMUEL hace agua en el vecino estado de Nuevo León. Fue entrenado bajo una estrategia de ventas no para el ejercicio maduro de la discrepancia.
Para vender, mire usted, lo que se necesita es un comediante. Alguien que sepa mirar a los ojos, modular la voz, dominar la sintaxis del lenguaje postural, la expresión de las manos, pero no para dirimir programas, proyectos, contenidos de orden político.
Oficio fársico, de simulación burlesca, que lo mismo oferta redentores del pueblo que terrenos en la luna, comida chatarra o medicamentos milagro.
La calidad del producto es lo que menos importa cuando la atención está centrada en detalles como la ciencia cosmética del empaque, el logotipo, la voz melosa, el “jingle” pegajoso que luego la gente canta.
Ahí es donde se atora el joven youtuber. Por eso choca el núbil bloguero con el congreso del Estado. Para fines prácticos, el haber sido electo por la fórmula del Movimiento Ciudadano (MC) equivale a la candidatura independiente del “Bronco” RODRÍGUEZ. Figuras solitarias, en ambos casos.
Hijos del marketing, al poco tiempo de haber llegado descubrieron que la propaganda es el arte de la simulación exitosa, pero no sirve para gobernar.
Desesperados ambos ante el terreno pedregoso encontrado tras evaporarse la poesía de las campañas, su respuesta inmediatista fue apostarle al acatamiento por la vía de la fuerza. La imposición.
Solo que la diputación opositora en dicho estado no olvida los agravios. En su recuerdo están presentes todas las agresiones recibidas durante la etapa electoral por candidatos que suplieron con agresividad su ausencia de estructura partidista y de base doctrinal.
Lo mismo JAIME que SAMUEL se tiraron al ruedo como meros espontáneos, fincando su esfuerzo en el apetito crudo de poder y el apoyo dineroso de un sector empresarial. Con esto se gana, pero no se gobierna.
¿HABRÁ PRI POST-MELHEM?
Y bueno, en Tamaulipas es noticia el adiós (desde las redes, que tierno) del dirigente estatal del PRI EDGARDO MELHEM SALINAS. Un adiós alegre y desenfadado, sin diagnóstico ni autocrítica.
Caso un tanto patético el de estos dirigentes perdedores que lucraron con su debacle obteniendo una beca en el congreso local. Los otros dos son el albiazul LUIS RENÉ CANTÚ GALVÁN y el naranja GUSTAVO CÁRDENAS GUTIÉRREZ.
Los tres amarraron curul extensible, reciclable, a un segundo periodo, mientras sus partidos se desangran, pobretean, sobreviven en la inopia. Después de ellos, el diluvio, no importa, la conveniencia personal es lo primero. Antes que nada, diría VICENTE FOX: “sacar para los frijolitos”.
Y en verdad resultan lastimeras las condiciones en que MELHEM deja el PRI. Estragado por la derrota, exprimido como bagazo, convertido en vergonzante minoría legislativa, sin más enclaves que un puñado de alcaldías rurales, tras la malograda alianza con el PAN en el proyecto multipartidista del ingeniero CESAR VERÁSTEGUI OSTOS.
La derrota del TRUKO dejó desnudos a los partidos de MELHEM y CANTÚ que hoy en día constituyen la única oposición estatal. Al menos en Tamaulipas, el PRD es un cadáver ambulante y el MC un proyecto fallido que parece anclado en su primera infancia. Zombis los dos.
Lo peor de todo es que no vemos propósitos de recuperación. No se observa que estén trabajando en alguna plataforma de relanzamiento en cada caso, ni en la cúpula tricolor ni en la panista, todavía regenteada por los hermanos CABEZA.
Si con esos bríos tan alicaídos como erráticos piensan llegar al 2024, pues hombre, poco o nada podemos esperar de ellos.
BUZÓN: lopezarriagamx@gmail.com